La Faenera
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Esta emblemática escultura está situada estratégicamente en la esquina de la confluencia de las calles Carmona y Cantarranas y constituye, sin lugar a dudas, una de las figuras más simbólicas de la localidad de Álora.
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El monumento es obra del artista Marino Amaya que pretendió dejar constancia de lo sacrificado del trabajo de la mujer faenera que recoge y manipula el fruto en las huertas de naranjas y limones situados en la Vega del río Guadalhorce.
La efigie de La Faenera se trata de una escultura en bronce de 1,70 cm de altura, en la que una mujer joven de Álora, que trabaja en la faena, es la protagonista. Con peinado sencillo y un semblante serio en el rostro, mira hacía el horizonte de calles que conducen a Plaza Fuente Arriba, mientras que el vestuario utilizado por su modelo fue el típico traje de verdiales, atuendo formado por blusa de mangas cortas de farol, pañuelo desde el cuello y picos en la cintura, falda de vuelo muy acentuado por los puchos y las enaguas que se dejan entrever la tira bordada bajo el dobladillo de la falda. Y, haciendo alusión a su oficio porta en sus brazos un cesto de naranjas y limones de la huerta. Sus pies y piernas permanecen inmóviles sobre una pequeña peana que la elevan a lo más alto de un trabajo humilde y muy duro llevado a cabo por estas mujeres de nuestro pueblo.
El escultor Marino Benigno Amaya, el artísticamente "Marino Amaya", nació en la localidad leonesa de Astorga en 1927, ya desde niño demostró una gran habilidad en el modelado de esculturas y a los quince años recibió el primer encargo. En el año 1949, la Diputación de Salamanca, le beca para perfeccionar sus conocimientos en Madrid. En 1951 el Obispo de León, le encargó la realización de un monumento a la Inmaculada Concepción para una plaza. A partir de esta fecha, Marino Amaya despega profesionalmente y expone en Madrid, León y Santander y se le encargarán monumentos por toda España. En 1974, Astorga le hace hijo predilecto y le dedica una calle, y sus obras siguen su proceso de diseminación por toda la geografía nacional, de entre las que ha de destacar: las de Los Trabajadores en Estepota, Los Ancianos en Andujar y La Faenera en Álora. Tras una larga estancia en Brasil, se traslada a EE.UU. y expone en Nueva York, donde quince de sus obras son adquiridas por la Fundación Rockefeller, pero pronto vuelve a España y se instala en Marbella, desde donde sigue trabajando y en los últimos años de su vida trabajó con su hijo Salvador en diversas obras.
Marino Amaya recorrió el pueblo buscando el lugar exacto donde colocarla y lo encontró donde todos la conocemos, en una encrucijada de calles y deseaba que fuera expuesta con fondo blanco, con una verja y rodeada de flores. Igualmente, buscó a la modelo de La Faenera de entre las jóvenes que trabajaban en la faena pero no contento ni convencido siguió su rumbo por el pueblo en busca de una chica que le inspirara y fue cuando vio a Pilar Navarro Rodríguez, una muchacha guapa, morena y simpática con una sonrisa permanente en su rostro, que regresaba del instituto, con sus libros bajo el brazo, por el Camino Nuevo. Cuando Marino se topó con ella quedó totalmente abrumado por la belleza de Pilar, reiterando una y otra vez que ella debía ser su modelo para la obra de arte en cuestión: “Esta es la mujer ideal para dar vida a la figura”. Pilar Navarro nació en Málaga pero desde muy pequeña siempre vivió en Álora en calle Veracruz con su tía Remedios Navarro, nunca había trabajado en la faena lo que ocasionó un gran enfado a las faeneras. Al ser una adolescente de corta edad, sus familiares no le permitieron desplazarse a Madrid para que Marino pudiera trabajar más de cerca para plasmarla en su obra, por eso le hicieron cientos de fotos a través de las cuales el escultor creó La Faenera.
De aquel entonces Pilar Navarro conserva un recorte de periódico de tales hechos, que aparece firmado por Juan Ángel Pasero con fecha de 27 de enero de 1974. Aquella nota de prensa llevaba por titular “La Faenera será una escultura que Marino Amaya levantará en Álora (Málaga)” y relata que la iniciativa de erigir la escultura fue por el entonces Procurador en Cortes y Alcalde de Álora Don José Fernández López de Uralde bajo el patrocinio del Director de Caja de Ahorros de Ronda Don Juan de la Rosa. Acompañando al texto del artículo de periódico se muestran tres imágenes: vista general de Álora con el caserío y al fondo el monte Hacho, una sonriente fotografía de Pilar que posiblemente será unas de las cientos para las que tuvo que posar y Marino Amaya trabajando en el boceto de La Faenera casi finalizado.
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13/08/2012. GABINETE DE PRENSA. AYUNTAMIENTO DE ÁLORA
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