Cascarero del Arroyo Hondo
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Un elemento muy singular y propio de Álora y de su comarca son los cascareros, estructuras arquitectónicas que con el tiempo han ido desapareciendo por el desuso y posterior deterioro, a pesar de ser una de nuestras señas de identidad.
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Desde el Excmo. Ayuntamiento de Álora se marcó la iniciativa de construir un cascarero en la rotonda del Arroyo Hondo para que perdure en el tiempo y nunca caiga en el olvido de lo que fue una herramienta de trabajo de nuestros antepasados.
Los cascareros deben su nombre a la principal función que desempeñaba el secado de las cáscaras de naranja agria, materia prima que una vez seca eran transportadas hacia lugares donde se las podía transformar en pólvora.
El transporte de esta materia prima juega un papel importante a la hora de designar cual sería la época de máximo apogeo de estas construcciones ya que su existencia se remonta al siglo XIX gracias a la instauración de la línea férrea Málaga-Álora en 1863, por ello los cascareros estén situados muy próximos a las estaciones de ferrocarril en zonas donde se extendían los cultivos de cítricos. Lo que significa que es muy normal que en toda la Vega hasta la Estación de Pizarra, y desde Álora hasta la Estación de Las Mellizas se puedan encontrar numerosos de ellos, en mejor o peor estado de conservación.
Este cascarero está dividido tres pisos más una planta baja; el más inferior posee empedrado tradicional y pesebres para el alimento del ganado, la primera planta, también con el típico empedrado, podía servir para almacenaje mientras que en la segunda y tercera era el lugar donde se extendían las cáscaras en unos entramados de madera o caña que se apoyan en vigas de madera entre los seis pilares. En definitiva, amplios espacios abiertos, por la falta de paredes, para que se llevara a cabo el secado de las cáscaras. La cubierta de la última planta lo constituían cañas y tejas árabes dispuestas a dos aguas.
En torno al cascarero estaban las personas que trabajaban en ellos pues los hombres se ocupaban de extender las cáscaras en las caña y las mujeres se encargaban de descascararlas para su secado o de envolverlas en papel para su transporte ya que así lo afirman documentos del Puerto de Málaga en cuanto a la exportación tanto de cáscaras como de cajas de naranjas hacía puertos extranjeros en la que se llegaron a contabilizar en 1933 más de 5.000 kilogramos de naranjas empleadas para hacer mermelada.
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09/02/2012. GABINETE DE PRENSA. AYUNTAMIENTO DE ÁLORA
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